Hippies en Grecia

El ferry gotea el último rocío que resta a las siete de la mañana y escurro mi libreta mientras espío a los pasajeros. La panadera ha repartido los pasteles de queso feta y se arremolinan en la proa buscando el amanecer sobre el monte Fengari. Huele a sal, a pescado, a humo, a carbón; y el capitán da por finalizado el viaje a Samotracia.

Samotracia es una isla que alberga un espíritu-y ningún otro término lo puede definir mejor- hippie. Playas pedregosas y ríos arropados por la sombra de plátanos y encinas centenarias son el escenario para cientos de turistas que creen que es mejor caminar descalzo y desnudo, sin dinero y sin prisas. Y es que a pesar de ser una montaña de 1611 metros en el mar, en Samotracia no existe el trekking o el buceo, sino sólo el-ya veremos lo que depara el sol o la luna.

Seis días y cinco noches no me han dejado explorarla por completo, pero una pequeña parte de mí; espera recordarla en un futuro lejano. Caminar despojado de faldas o pantalones río arriba, encender la hoguera en la playa, esperar la luna llena sobre el horizonte del Mar Egeo. Y es que en esta isla no hay otra actividad que no sea la de crear una atmósfera -de todo importa y no importa nada-. Griegos, búlgaros, italianos…, de mano de su saco de dormir, la parrilla y el indispensable rollo de papel higiénico, buscan y encuentran la magia de una isla sin grandes hoteles, sin parasoles o crema solar.

Y aunque los símbolos de la paz, la luna, el sol, el amor, los proverbios pintados sobre las piedras en los ríos no convenzan al más escéptico, es inevitable sentirse parte de un viaje en común. Y mientras escribo esto, los pasajeros escalan descalzos a babor para contemplar los delfines en el horizonte.

  • Alex

    Suena bien ese lugar, habrá que ir a sentir esa vibra. Las fotos son muy bonitas, felicidades!

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