Diez días no son suficientes para explorar un país. Un periodo de diez días sirve para dibujar impresiones; impresiones que se concretarán en hipótesis manejables que finalmente crearán conclusiones. Y estas conclusiones, a su vez, se modificarán con el paso del tiempo. Total, se necesitan años. Pero los dibujos también se pueden disfrutar.
Y es que hay algo en esa perspectiva naif del viajero que me gusta. Guy Deslise lo expresa muy bien en sus tiras cómicas. Mirar desde fuera. Partir desde cero. Hacerse preguntas casi infantiles. ¿Marruecos tiene un rey? ¿Y cómo se llama ese rey? ¿Quiénes son los bereberes? ¿No beben alcohol en este país? ¿Por qué hay tantos burros? ¿Quiénes son esos hombres encapuchados?
Mis experiencias viajando también me ha llevado a entender que los sitios remotos son los que más impresiones acumulan. Ciudades que no atraen al turismo (paralelamente a las que sí), aldeas incomunicadas, casas de ermitaños y solitarios, e incluso, vertederos. Cuantas más montañas y pasos inaccesibles haya, mejor. Y, ese ha sido, más o menos, el orden de los acontecimientos en mi primer viaje a Marruecos. Aquí dejo el primer boceto para futuros encuentros en este extraño país.
En una primera etapa mi compañero, Andrey Ralev, y yo viajamos desde Algeciras a Tánger Med (a unos kilómetros de Tánger). Con un paseo nocturno por la medina de la ciudad empezamos nuestra ruta. En mi libreta dejo constancia de la actividad que todavía hay sobre la una o las dos de la mañana en la ciudad. Hombres trasladando bombonas de butano, mendigos recogiendo los restos del mercado, encapuchados fumando marihuana en las calles más estrechas, jóvenes divertiéndose en las lecherías mientras compran el pan… Un escenario hiperbólico, grotesco y diferente. Apenas turistas, pero muchos hoteles con rótulos fluorescentes.
De Tánger viajamos a la ciudad pesquera de Larache. Mientras mi compañero avistaba aves, aproveché para hablar con los pescadores. El idioma, por supuesto, no es un problema. Hay mucha compra-venta de pescado. La actividad en el puerto es constante. Se come mucho pescado. Así me explicaba el principal vendedor del puerto, que abre la puerta del garaje de su casa de 10 a 22. Los vecinos entran y salen constantemente, tocando a su paso las piezas de pescado y preguntando por la calidad, el precio y el peso. Sobre todo de las doradas.
Puerto de Larache (Marruecos) 2014. ©Rosa Vroom
Pescadería en Larache. ©Rosa Vroom.
Vendedor de pescado en Larache ©Rosa Vroom
De Larache nos dirigimos a la Cordillera de Rif, y como el viaje es bien largo, hicimos noche en Chefchaouen. Es, sin duda, de las ciudades que he podido visitar la más restaurada y limpia. El turismo está a la orden del día y existen todas las comodidades turísticas, además de cientos de hoteles y locales que insisten en guiarte a los mejores sitios. Nuestro primer encuentro con esa insistencia y persecución a los turistas. Es inevitable y lo curioso es que hace treinta años mis padres lo experimentaron de la misma forma. ¿Es el carácter? ¿Es la pobreza? ¿Es el carácter y la pobreza?
En el Rif hicimos un trekking corto de Bab Taza a Akchour, una día y noche en tienda en una aldea de campaña. El paisaje es merecedor de asombro, bosques de alcornoques sucedidos de pinos centenarios y rocas, muchas rocas. También asombran, por otro lado, las plantaciones de marihuana. El estiércol de los animales se mezcla con los restos de semillas y el rumor del río con las compresoras manuales de hachís ¿Y la policia? ¿y el Estado? ¿La incomunicación de los pueblos tiene relación con estas plantaciones? ¿Cómo es vivir tu infancia aquí? En un pequeño hike dos marroquíes nos adelantaban que íbamos a encontrar la mejor gente y la mejor materia en la montaña.
Volvimos a Chefchaouen para partir el día siguiente rumbo a las Cordilleras del Atlas. La primera pregunta fue cómo llegar. La segunda, un día después, ¿dónde estamos? Llegamos de madrugada al pueblo de Tinerhir, pueblo de partida para llegar a las Gargantas de Todra. Acampamos a las afueras entre olivos y palmeras, con luna llena. Satisfacción. Nos despertaron dos mujeres bereberes recogiendo alfalfa para los animales. “Ostras, aquí ya no habla nadie español.”
Pasamos tres días y dos noches para escalar. Todra es sin duda un lugar frecuentado por extranjeros, de los que escalan y de los que pasan en 4×4. La gente está acostumbrada a su presencia, los negocios locales se concentran en satisfacer las demandas occidentales y los coches y los guías de escalada suben y bajan la garganta todos los días para buscar al climber. Quizás lo más curioso es ver cómo los locales han aprendido todo el argot del escalador para vivir de ello. Sin duda, el paraje inolvidable.
Gargantas del Todra. ©Rosa Vroom
Entre esos días también decidimos acercarnos más las Gargantas de Dades e hicimos un trekking siguiendo el río Mgoun. Un trekking, quizás más recomendable para verano (por eso de que tienes que caminar en el río mismo). Quitarnos y ponerlos los zapatos retrasa. Las sendas no están muy bien señalados, pero la gente local te indica siempre amablemente el camino e incluso a veces te ofrecen fuego cuando tienes frío (Mujer de la fotografía).
Ibel Aguerzaka, aldea a las orillas del río Mgoun (Cordillera del Atlas) ©Rosa Vroom
A petición de mi compañero ornitólogo fuimos al día siguiente a Boumalne Dades para avistar pájaros en los vertederos. Descubrí que los marroquíes beben más cerveza de la que creía y tienen una cerveza local: Casa Blanca. Conocí a un pastor en las praderas y contemplé la vida local mezquitas y colegios a las afueras de la ciudad.
Alrededores de Boumalne Dades ©Rosa Vroom
De aquí saldríamos de noche a Fez y al día siguiente con un vuelo de vuelta a Barcelona. Fez me recordó de nuevo la pobreza del país. Una ciudad caótica, turística y pobre. Mucha artesanía, mucha gente, muchos olores distintos. Pero conocimos a buenos compañeros de viaje y despedimos, de momento, a Marruecos.
Luna
January 28, 2015 8:45pm
Fantástico reportaje y reflexiones. Es preciosa tu forma de redactar y transmitirnos tus impresiones de un país. ¡Gracias por compartirlo!
rosa.vroom@gmail.com
January 31, 2015 12:52pm
¡Gracias Luna! Es un placer poder escribir cosas que se puedan leer 😉